1. Desayuno Completo
Comienza tu día con energía. Incorpora frutas frescas , proteínas , y carbohidratos complejos como avena o pan integral.
2. Merienda de Media Mañana:
Un snack ligero para mantener tu energía: frutas y un puñado de frutos secos.
3. Almuerzo Equilibrado:
Tu plato ideal debe incluir proteínas como pollo o legumbres, carbohidratos integrales y una generosa porción de verduras.
4. Merienda de la Tarde:
Mantén el ritmo con una fruta fresca y una opción de proteína ligera como yogur bajo en grasa.
5. Cena Ligera:
Cierra el día con una cena balanceada: pescado o tofu, acompañado de verduras al vapor y una porción pequeña de carbohidratos.
6. Hidratación:
¡No olvides beber agua durante todo el día! Tu cuerpo lo necesita para funcionar al máximo.
Recuerda: La clave está en la moderación, la variedad y la planificación. ¡Cuidar de tu alimentación es cuidar de ti mismo!